jueves, 22 de septiembre de 2011

                                                                E C O L O G Í A     C H A M Á N I C A  (Kaypacha)


Hace pocas lunas, el hombre del mundo escudriña con los ojos, analiza con la cabeza, razona y piensa, quedándose sin tiempo para sentir, para aprender, para vivir. Hace pocas lunas que el hombre olvidó vivir y se convirtió no solo en verdugo de su vida, si no en destructor de toda forma de vida sobre la tierra...el árbol de la verda y la belleza ha sido cortado.


¿Sirvió de algo que durante milenios nuestros antepasados cuidaran la tierra como algo sagrado?

No existe nada más hermoso que descubrir la belleza y apuntarse a la danza de la vida, nada más hermoso que, purificando la mente y abriendo el corazón, convertirse en música cósmica , manantial de intraducibles sonidos que nos conducen hasta la orilla del infinito, esa zona liberada de nuestra mente cósmica donde es posible sintonizar el silencio, comulgar con la eternidad.

¿ Si el hombre del mundo aprendiera a sentir la voz de las estrellas y la canción de los árboles? ¿ Si pudiera hablar con las piedras y escuchar el consejo de los ríos? ¿ Si fuera capaz de amanecer con cada amanecer, de florecer con cada flor, fluir con cada arroyo, de volar con cada ave, de ser libre como el viento, alto como la montaña, firme como la roca?

Me visto otra vez de humano, de Andino, de quechua,y comienzo a sentir de inmediato el llanto de la tierra, el dolor de los árboles, la tristeza de los hermanos animales, la llamada urgente de la Pachama convocando a los robots a humanizarse, a los seres humanos aconquistar la cima de la libertad, contexto indispensable para crecer, para encender el trozo de estrella interior, y vestirnos de luz y volver a ser estrella que un día fuimos.


Luis Espinoza ( CHAMALU )

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