jueves, 30 de junio de 2011

Os presento a mi nueva ídolo musical "Claire Boucher " y su original grupo "GRIMES" compuesto por ella misma

 algún lugar (y en ninguno) entre el dreampop, la psicodelia electrónica, la música industrial, el folk clásico y el tribalista, el avant-garde, un neohippismo favorablemente contenido, el r&b, el gothpop, la inspiración medieval y la nutrición simultánea de sonidos cósmicos y orgánicos se encuentra el trabajo de esta joven de Montreal. Una nueva musa del pop post-humano (que diría su paisano d’eon -por dios, ojo a su Palinopsia, en Hippos in Tanks-) y de la inspiración críptica acertada. Con 22 añitos, Claire Boucher ya nos ofreció a principios de año, también a través Arbutus, Heidi Primes, un ensayo (agotado, pero que sirve en descarga directa aquí) con el que la mixtificación (entonces más rota y lo-fi) y el post-todo, sumado a su vaporosidad vocal, y a la naturalidad de hallar melodías inmediatas, definían el camino a seguir con un trabajo a madurar y un porvenir para el que merecía estar atento. Y vaya si lo merece. Entre la abstracción, el magnetismo ineludible y la energía chamana, Boucher tiene nuevo disco unos meses después para el mismo sello canadiense (también casa de Blue Hawaii y Sean Nicholas Savage, entre otros). Se llama Halfaxa y es inductor. Nos hemos quedado pegados.

Claire consigue afinar con este nuevo álbum una gloriosa calidad épica que en lo sonoro se revela como un triunfo estético de una arcana solemnidad experimental, litúrgica al tiempo que eminentemente pop e infatigablemente consumible y bizarra. Piezas que completan desarrollos en una lírica rica en barbarismos apropiados y sutilezas precisas. Desde la enigmática portada, de negativo y entorno electromagnético, al sonido último, Boucher nos sorprende con temas inmensamente más bruñidos que en su anterior álbum dejando claro que lo que allí era intención aquí es hecho. Y sobresaliente. Canciones que son algunas preñadas de efectos, escalas, recorridos variados y cambiantes, melodías recónditas y sinuosidades limpias como en Weregild, Hallways o Devon. Otras que son interludios o manifestaciones primitivas de trances anímicos y exhalaciones vocales como ∆∆∆∆Rasik∆∆∆∆, † River † o ≈Ω≈ω≈ω≈ω≈ω≈ω≈ω≈ω≈. Filigranas preciosas de un medievo-poscontemporáneo como Sagrad Прекрасный o Dream Fortress, ahora más de arpa y laúd, después de saturado beat de baja frecuencia tecno-industrial. O combinaciones perfectas en exuberantes piezas como la increíble My Sister Says the Saddest Things, World ♡ Princess o Favriel, donde se recoge la esencia de la incógnita oscuridad de un sonido que mezcla emisiones ásperas y suaves de sintetizadores con cajas de ritmo de alto voltaje y tendencia tribal, ceremoniosos coros vocales reiterados, sobrenaturales, y melodías de ensueño y convulsión eléctrica. Quince temas y un auténtico calambrazo.