sábado, 6 de agosto de 2011



YOUNG HUNTING  

Bajo una suerte de alquimia a la australiana, Young hunting guarda en melbourne la receta de la joya híbrida. De fuerte calado místico, la diseñadora que abandera esta casa de musculatura unisex saca a relucir en cada colección el misterio de ciertos sucesos a la sombra.

La diseñadora australiana Candice Agius se lanzó a la conquista del territorio de la joyería apostando por la autopista que junta los caminosde ambos géneros. A través de sus tres colecciones unisex ha jugado a encajar sus piezas realizadas a mano en cuellos, dedos y muñecas sin caer en la feminidad ñoña ni la aparatosa masculinidad que corta alas a la estilización de ciertas formas. La primera colección, Fata Morgana, ya recogía lo que iba a ser el ideario posterior sobre el que se asentaría la base común a la firma: la voluntad de exploración filosofíca a través de las formas y los atributos de los materiales. En esta tercera y última colección de la australiana  registrada como La Luna, la alquimia representativa de Young Hunting desborda por los cuatro costados cada una de las joyas. Piezas de edición limitada y realizadas escrupulosamente a manoconstituyen este reino para amantes de los fetiches y objetos sin par. Para la presentación en sociedad Candice ha dotado de movimiento y narrativa a sus modelos. 


 














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